LAS MIL Y UNA NOCHES CON MS BEAUTIFUL CAPITULO 7: CUANDO LOS RIOS BENDICEN
Quién sabrá cuando un fenómeno afectará la vida de una persona y ese encuentro entre la normalidad y lo fenomenal transporta consecuencias de futuro, y afectará el modelo de toda una generacion.
La naturaleza trae bendiciones por si solas, al establecerse para uso y usufructo de los hombres en una síncronía mutua, y aún hoy, se escuchan las voces de proteger el ecosistema por la liga entre el hombre y la naturaleza, al discernir que la afectación del ecosistema perjudica al hombre, como el cambio climatico, siendo una verdad universal que todo la poblacion asimila.
El cambio en las reglas de la naturaleza afecta al hombre.
Pero también ocurre al revés; la naturaleza bendice, y no todo pasa por que sí.
A veces la naturaleza misma conoce los secretos ocultos que se encuentran debajo la tierra, e identifica los receptores de las cosas valuables en la mundo para ser entregados a quienes tiene destinados para bendición.
Todo depende de momentos y de oportunidades; como cuando un carro corre a 80 kilometeros por hora, ha recorrido una hora y faltaban 80 kilometeros para llegar a San Antonio, y llegó a San Antonio, entonces se infiere que pasó una hora, recorrió 80 millas y el tiempo y la oportunidad llegaron al mismo tiempo como parte de un proceso natural; lo mismo ocurre con la naturaleza, cuando el fenómeno encuentra a la persona en su rotación de la vida, donde el tiempo y la oportunidad llegan y se conectan en el mismo momento, en el tiempo y la distancia, al llegar la oportunidad, y existe algo que la naturaleza descubre en una rotación por el mundo al localizar una pequeña niña chapoteando a las orillas de El Río San Antonio.
La oportunidad con la persona apropiada encuentra el lazo, y la naturaleza distingue en esa niña algo especial. Sus maestros decian que percibía de más por una habilidad para entender animales y comunicarse con ellos, con los qué sostenía platicas naturalmente, y parecian responderle también ellos al ladrar el perro, o piar el pajarillo en el árbol o en el maullar del gato tras su paso por las colinas.
Su mama decía que estaba loca; “mi hija tu ves de más donde no lo hay” decía Doña Lola, y no que lo estuviera, pero no creía en la habilidad de su hija para comunicarse como lo hacen los defines con los humanos, hasta que un día la vió, con sus propios ojos, cuando ella estaba en el agua del Rio lavando ropa, y viró inconscientemente hacia su hija en una mirada de protección, y divisó una serpiente a punto de morderla cuando viró su brazo repentinamente, y la agarró de la cabeza, sin poder moverse para girar como en espiral en torbellino y arrojarla lo mas lejos posible.
Se preguntó en su corazón cómo lo supo sin tan siquiera mirar para atrás con una vista periférica de 360 grados y con una gran atención a los sonidos o los desplazamientos de animales en un entorno, lo cual requería un oído agudo, como cuando el hombre en la selva que necesita estar atento a los sonidos para distinguir si leones o tigres o depredadores estan cerca para protegerse, pero ella no les tenía miedo, leía sus mentes, y los movimientos que desarrollaría frente al entorno, segura de sí misma. Los perros caminaban a su lado y Los pajaros entonaban cantos alegres, mientras las chicharras le seguían con bemoles a la par de Los pajarillos de la mañana.
Asi que en un día soleado, ahí estaba ella, entre las aguas, chapoteando, y existe algo qué le llama la atencion.
El agua ahí era cristalina, y alcanza a ver una piedra amorfa, como en media luna, se inclina, y extiende su mano. Hubo algo qué le llamo su atencion. Aun con su mano en el agua alcanza a sacar ese pedazo de materia y distingue una concha, siendo una concha peculiar de rayas blanca y ocres, dura en su confección.
Sus manos con cuidado abren la caparazón, y lo peculiar saltó a la vista, porque sus ojos se ensancharon, y sus labios se expandieron dejando ver una sonrisa con una exclamacion de alegría…
Una Perla! Una Perla con una brillo refulgente, en un fenomeno raro de la naturaleza, entre millones de lugares en el mundo, ahi estaba la destinataria de un secretos escondido de la naturaleza, y los tesoros escondidos pertenecen a quienes los encuentran, y a quienes la naturaleza desea otorgar, así como los diamantes cuando se encuentran en una mina, en un regalo especially del universo a una persona especial.
E inmediatamente sus ojos se llenaron de felicidad y llanto, al no entender el fenómeno, sin poder creer lo qué tenía en sus manos. Ella tenía algo de valor en sus manos, qué nunca tuvo, y qué sus ojos no podian creer porque todo ocurrió en un segundo entre el correr del tiempo y la distancia.
Ludivina corre emocionada de vuelta a casa por las veredas del rio, entre arbustos y arena silvestres hasta que llega al lugar donde su madre cocinaba en la antigua estufa de troncos para armar el fuego, y arriba, las tortillas de maíz hechas a mano con nixtamal en el comal de acero.
“Mira mama, Mira”, dice la niña Ludivina, con excitación “la encontré en el Río”. Su mama deja de hacer tortillas para concentrarse y muestra la maravillosa concha, y dentro de ella una preciada gema refulge por su brillo, y una sensación agradable nació en su persona.
Una bella perla que su mama observa con admiración: perfecta, en forma de pera, blanca, del tamaño de un diente, como muela de juicio molar.
Al observarla hubo algo, un Rayo de Luz que refulgió y algo ella transmitió como si poseyera una fuerza interminable, y pasan a su mente una serie de imágenes derrumbando hombres y paredes, y al hacerlo una luz incandescente salía de ella y los hombres quedaban cegados por un instante, y después abrían los ojos llenos de alegría y felicidad.
Doña Lola lo supo, instantáneamente, era una piedra preciosa, de gran valor por su finura, y entendió que había llegado aquel momento de cambio de fortuna, y percibió que ese momento, cambiaría toda su vida, y entonces preguntó a su hija donde la había encontrado, y ella contesta “allá por la misión de San Juan, donde el agua salta tras una roca con el correr del agua alegre ”.